•  Se tiende al trastorno de la ansiedad, estrés y depresión
  •  Resaltan feminicidios han bajado un 58% durante pandemia

La pandemia provocada por el COVID-19 ha cambiado la manera de vivir de las personas, generando incertidumbre, alteración en las rutinas diarias, presiones económicas, y aislamiento social.

El psicólogo y director del Centro de Investigación y Ciencias de la Familia de la Universidad Católica de Santo Domingo (UCSD), Luis Bergés, explicó que los principales detonantes psicológicos que presentan las personas debido al COVID-19 se expresan en trastorno de la ansiedad, situaciones relacionadas al estrés y depresión.

“El trastorno de ansiedad es muy incapacitante, porque altera la capacidad de respuesta de las personas, influyendo para que muchas de estas respuestas sean impulsivas y en algunas ocasiones compulsivas, también hemos visto más manifestaciones de depresión y situaciones relacionadas al estrés”, indicó Bergés.

Estas conclusiones fueron resultado del programa Ayuda social por el COVID-19 que realizó el Centro de Investigación, mediante la reactivación de la línea Fono ayuda de la UCSD, sistema que integra a los estudiantes de la maestría de Psicología Clínica y de terapia familiar y a los terapeutas de la entidad para ofrecer ayuda de forma gratuita a los dominicanos.

Bergés indicó que desde marzo hasta la fecha ha asistido a mil personas y se han realizado unas cinco mil secciones esto implica que en promedio cada persona recibe cinco consultas.

“Cómo parte de la facilitación de un proceso de orientación para trabajar los niveles de ansiedad y darle herramientas a las personas para que puedan sobre llevar los procesos críticos y algunas sintomatología implementamos seminarios virtuales de salud mental orientados a la familia y a otras poblaciones especiales como docentes”, explicó el también psicólogo.

El centro ha desarrollado 11 seminarios en línea para reforzar la ayuda psicológica, ambas iniciativas se han realizado de manera gratuita.

“También hay una variable que es más social, pero es un detonante importante y es que cerca del 40% de la población que nosotros intervenimos son personas que está desempleada cómo resultado de la pandemia. Mientras otro porcentaje ha tenido que trabajar desde casa lo que implica un proceso de transición que requiere de algún tipo de ayuda profesional especializada”, señaló Bergés.

El galeno explicó que hay una inequidad en cuanto a género, pues el 83% de las personas consultadas eran mujeres y el 17% hombres. Bergés indicó que esto puede darse por un tema cultural, en el cual los hombres entienden que no necesitan ayuda y porque la ansiedad suele ser más frecuente en las mujeres.

“Se entiende que el trastorno de ansiedad sea más frecuente en mujeres, porque ahora están más sobrecargadas al hacer teletrabajo y las labores del hogar. En el caso de los hombres hay más problemas de alcohol y violencia, mientras que el trastorno del sueño anda a la par entre ambos”, detalló. 

La familia

Bergés explicó que intervenir los problemas desde la familia es la mejor opción para combatir cualquier aspecto psicológico asociado al COVID-19. A su entender, la familia es el núcleo central que articula a todos los temas sociales.

“La familia tiene un protagonismo mucho mayor ahora, porque se han integrado totalmente a raíz de la pandemia, pero mucha gente no estaba preparada para reintegrarse al seno familiar”, dijo.

Bergés sostuvo que deben crearse redes de apoyo en el hogar para entender que este no es un problema que efectúe a una persona en particular, sino a todos.

“Si tenemos un criterio de solidaridad y articulamos de forma colectivas bajarán los niveles de ansiedad y depresión y aumentarán los de seguridad y confianza, porque en la medida que te rodeas de personas en las que puedes creer y confiar la situación de incertidumbre vinculada a la crisis también va a mejorar”, aseveró.

Con relación a las implicaciones psicológicas que tiene un paciente COVID-19, Bergés explicó que se crea incertidumbre, porque el virus no solo se acompaña de una realidad sintomática, sino que es una amenaza de muerte , lo que provoca un mayor descontrol en el paciente.

Los niños

En cuanto al cambio de rutina al realizar teletrabajo y tener a los niños en casa, el psicólogo señaló que las personas deben crear una estabilidad que armonice con los horarios acostumbrados.

“Tenemos muchos niños que están siendo violentados, porque muchos padres no tienen la paciencia ni la tolerancia y no entienden ese equilibrio al que me refería y han entendido que son los niños los que tienen que adaptarse a ellos y no al revés”, afirmó.

Bergés explicó que los niños también están asustados por la crisis, una de las recomendaciones es que la adaptación no sobrecargue con un nivel de demanda excesivo a los infantes, sino que todo sea flexible.

“A los niños hay que estructurarles un orden y que ellos aprendan a respetar el espacio de los adultos, pero hay que establecer ese orden, de lo contrario el niño se descontrola y los padres para tratar de volver a la normalidad emplean violencia”, precisó.

La psicóloga Diuris Betances, que trabaja con niños y adolescentes, explica en el estudio El COVID-19 en República Dominicana: sus implicaciones psicosociales del Observatorio Político Dominicano (OPD-Funglode) instó a explicar en lenguaje llano al niño, niña o adolescente, la naturaleza de la crisis, su ocurrencia y consecuencias.

La especialista señala que es necesario invitar a los niños a hablar y escuchar lo que piensa y siente de la situación y empatizar con sus emociones y sensaciones, para analizar junto a ellos, los sucesos que han observado ante la crisis y cómo puede afectar en la cotidianidad.

Violencia en el hogar

Bergés destacó que los feminicidios han bajado un 58% durante esta pandemia, en comparación al año pasado.

“La violencia en cuanto a denuncias también ha bajado, ahora eso no quiere decir que no haya otras formas de violencia que no conocemos, además con el tema de la cuarentena denunciar la violencia verbal y psicológica se hace más difícil”, indicó.

Estudios realizados

La Fundación Lucha contra el Sida y las Enfermedades Infecciosas indica que un estudio sobre el impacto psicosocial del COVID-19 en base a la revisión sistemática de 58 trabajos científicos reveló que, entre las alteraciones más habituales entre la población general figura la depresión (presente en el 46% de los estudios revisados), la ansiedad (60%), los síntomas de estrés (17%), el insomnio (17%), la percepción de soledad (3%) y el trastorno de estrés post-traumático (3%). Los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades indica que la manera en que las personas responden ante el estrés durante la pandemia del COVID-19 puede depender de los antecedentes, el apoyo social de familiares o amigos, la situación financiera, la salud y antecedente emocional, la comunidad en la que vive y muchos otros factores.

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